Reproducimos este interesante artículo para que reflexionéis acerca de estos nuevos tiempos en la cultura y especialmente en la lectura. A ver que os parece.
¿Cuánto costará leer? (Iñaki Esteban - El Correo)
Semanas antes de que salga a la venta, el iPad ya ha causado un terremoto en el mundo de la edición que ha tocado de lleno al gigante global de los libros digitales, Amazon. Segura de su poder, esta compañía obliga a las editoriales a pactar un precio uniforme de 9,99 dólares (7,20 euros) por la mayoría de las novedades, una cantidad de la que se lleva el 50% dejando la otra mitad para el editor y el autor. Apple, el fabricante del iPad, sabía que podía romper esa posición de fuerza y ha ofrecido a editores y escritores márgenes del 65% en su próximo servicio de distribución de libros -iBooks, similar a iTunes-, con lo que el precio subirá hasta los 14,99 dólares (10,90 euros). A Rupert Murdoch, magnate de los medios de comunicación y dueño del potente grupo editorial Harper Collins, le gusta la idea y la sola posibilidad de que pueda establecer una alianza con Apple también para sus periódicos, televisiones y películas -el iPad admite todo ello- añade más puntos de intensidad al terremoto.
El grupo Macmillan, uno de los cuatro grandes en Estados Unidos, ordenó a Amazon que quitara sus obras de la web porque se iba con Apple. Y ante el órdago, el proveedor virtual más grande del mundo ha tenido que recular y ya vende las novedades de esa casa editorial a 14,99.
Por si fuera poco, Google ultima la preparación de Google Editions para vender libros digitales con un 'stock' de entre 400 y 600.000 títulos, según se anunció en la pasada Feria de Fráncfort. La empresa de Sergey Brin y Larry Page ya ha dejado caer que ellos sólo se quedarían con un 15% del importe si lo vende a través de la página de la editorial -una tasa menor que la de Apple- y con un 37% si lo comercializan directamente. Con todos estos movimientos se ha abierto el debate sobre el precio de los libros digitales, y sobre quién será el encargado de ponerlo.
Una novela en formato digital debería costar un 35% menos que su versión tradicional, pues ese porcentaje representa el ahorro en los costes de edición e impresión y distribución. Pero el lector debe invertir antes de 200 a 400 euros en el artilugio electrónico para leer los textos y, por esta razón, son los profesionales -editores, abogados, etc.- que tienen que manejar muchos documentos quienes más lo usan.
A un lector español medio, que compra unas diez obras al año, ¿le merece la pena la inversión? La cosa, dicen los expertos, está verde aquí y en Estados Unidos, donde la edición digital sólo representa el 2% del negocio, aunque ya se hayan vendido un millón de 'kindles', el lector electrónico de Amazon.
Sus precios son aún caros, pero bajarán como lo hicieron los móviles -el iPhone de ocho gigas bajó en Estados Unidos de 599 a 99 dólares, un 83%, en tres años- y entonces habrá más gente dispuesta a dar el paso.
En el sector editorial, todo el mundo toma posiciones. Tanto es así que hasta los 'enemigos' de antaño, como Planeta, Random House Mondadori y Santillana, han hecho una trinchera común y preparan para esta primavera una plataforma digital que pondrá a la venta entre 5.000 y 7.000 títulos, cerca de un tercio de sus catálogos.
Crecimiento lento
No son los únicos, ya que el Grupo 62, RBA, SM, Roca, Edebé y Trotta, entre otras editoriales, se han subido al mismo barco, el de la distribuidora leqtor.com, para navegar por los océanos digitales. Hasta el Instituto Cervantes estudia cómo introducir la edición 'online' e implantará un plan en su biblioteca de Madrid para luego extenderlo por el resto de las sedes.
Según Santos Palaci, director general de Mass Market y cultural de Planeta, a quien corresponde poner el precio es a los editores, si bien añade que cada vez tendrá un peso más decisivo la capacidad de vender de un autor y el porcentaje que se lleve por cada descarga, muy diferente en el caso de Dan Brown que en el de un desconocido. Además, recuerda que en España existe el precio fijo -la ley sólo permite descuentos del 5%-, mientras que en Estados Unidos es libre.
Palaci advierte de que las inversiones para meterse en el mundo digital son «multimillonarias» y aún con un retorno muy pobre. En este entorno no ayudaría poner muy bajos los precios de los 'e-books' «porque esto mermaría la venta de los libros en papel sin obtener las ganancias proporcionales a cambio». «El mercado es pequeño y de crecimiento lento», añade.
El directivo de Planeta admite que en Estados Unidos una parte de los lectores que leían en el soporte tradicional se han pasado a la lectura electrónica en un viaje sin retorno. Pero recomienda tomar con cautela los datos que Amazon proporciona. «Amazon dice que ya vende lo mismo en digital que en libro tradicional, pero nunca ofrece pruebas. El día en que salió 'El símbolo perdido' de Dan Brown se vendieron un millón de ejemplares en papel y aproximadamente 100.000 en formato digital, y el primero suele tener una vida más larga que el segundo, que si hablamos de novedades baja nada más salir, más en casos como el de Brown».
Tanto creen en Amazon en el 'e-book' que ese título cuesta 13,75 dólares, y en la versión de tapa dura en papel, 12; eso sí, después del pertinente descuento, ya que el precio original era de 29,95, a los que siempre hay que sumar los gastos de envío.
El panorama es cambiante, con tendencias contradictorias, propio de épocas de transición que en este caso pueden durar una década o quince años, según los expertos. Así, mientras se mira con un ojo el futuro, el otro se dirige a la tierra, y en plena era digital los editores miman a los libreros de carne y hueso y les organizan comidas con sus mejores autores, porque de ellos depende en gran parte el éxito de un libro.
Las grandes cadenas ya se han sumado a la plataforma de Planeta/Random/Santillana, que ha creado una aplicación para que las librerías independientes puedan adaptar su oferta a sus páginas webs con una inversión muy baja.
Xènia Bussé, de leqtor.com, saluda la aparición del iPad, «porque se va hablando del tema y eso es bueno», aunque matiza que va más allá de un dispositivo de lectura porque incluye imagen y sonido, es decir, todo menos el teléfono del iPhone. En su haber, que dispone de muchas aplicaciones y eso gusta al usuario. En su contra, que tiene pantalla luminosa y resulta más pesado para leer que otros lectores con tinta electrónica.
En su opinión, la edición digital tiene un presente, pero sobre todo un futuro, por una cuestión generacional. «Hay aparatos en color para las ilustraciones de los cuentos infantiles que son una maravilla. Los niños se acostumbrarán a ellos desde el principio, y los chavales de 12 y 14 ya dicen que con el 'e-book' leen más rápido, porque están más acostumbrados a las pantallas que al papel . Además, uno puede llevar la trilogía de Larsson sin que apenas pese, en vez de cargar con los tres volúmenes».
Leqtor.com ultima la incorporación de 27 editoriales y sus libros digitales se venderán a través de las páginas online de El Corte Inglés, Casa del Libro y Fnac. De momento, Bussé no tiene miedo a la piratería al disponer de una «protección muy robusta, aunque si los 'hackers' son capaces de entrar en la Casa Blanca, también lo podrán hacer en otros sitios. Lo que hay ahora es de la calidad horrible y para leer en el ordenador». Como en otras épocas de cambio, lo que ahora toca, dice Bussé, «es aprender».
El grupo Macmillan, uno de los cuatro grandes en Estados Unidos, ordenó a Amazon que quitara sus obras de la web porque se iba con Apple. Y ante el órdago, el proveedor virtual más grande del mundo ha tenido que recular y ya vende las novedades de esa casa editorial a 14,99.
Por si fuera poco, Google ultima la preparación de Google Editions para vender libros digitales con un 'stock' de entre 400 y 600.000 títulos, según se anunció en la pasada Feria de Fráncfort. La empresa de Sergey Brin y Larry Page ya ha dejado caer que ellos sólo se quedarían con un 15% del importe si lo vende a través de la página de la editorial -una tasa menor que la de Apple- y con un 37% si lo comercializan directamente. Con todos estos movimientos se ha abierto el debate sobre el precio de los libros digitales, y sobre quién será el encargado de ponerlo.
Una novela en formato digital debería costar un 35% menos que su versión tradicional, pues ese porcentaje representa el ahorro en los costes de edición e impresión y distribución. Pero el lector debe invertir antes de 200 a 400 euros en el artilugio electrónico para leer los textos y, por esta razón, son los profesionales -editores, abogados, etc.- que tienen que manejar muchos documentos quienes más lo usan.
A un lector español medio, que compra unas diez obras al año, ¿le merece la pena la inversión? La cosa, dicen los expertos, está verde aquí y en Estados Unidos, donde la edición digital sólo representa el 2% del negocio, aunque ya se hayan vendido un millón de 'kindles', el lector electrónico de Amazon.
Sus precios son aún caros, pero bajarán como lo hicieron los móviles -el iPhone de ocho gigas bajó en Estados Unidos de 599 a 99 dólares, un 83%, en tres años- y entonces habrá más gente dispuesta a dar el paso.
En el sector editorial, todo el mundo toma posiciones. Tanto es así que hasta los 'enemigos' de antaño, como Planeta, Random House Mondadori y Santillana, han hecho una trinchera común y preparan para esta primavera una plataforma digital que pondrá a la venta entre 5.000 y 7.000 títulos, cerca de un tercio de sus catálogos.
Crecimiento lento
No son los únicos, ya que el Grupo 62, RBA, SM, Roca, Edebé y Trotta, entre otras editoriales, se han subido al mismo barco, el de la distribuidora leqtor.com, para navegar por los océanos digitales. Hasta el Instituto Cervantes estudia cómo introducir la edición 'online' e implantará un plan en su biblioteca de Madrid para luego extenderlo por el resto de las sedes.
Según Santos Palaci, director general de Mass Market y cultural de Planeta, a quien corresponde poner el precio es a los editores, si bien añade que cada vez tendrá un peso más decisivo la capacidad de vender de un autor y el porcentaje que se lleve por cada descarga, muy diferente en el caso de Dan Brown que en el de un desconocido. Además, recuerda que en España existe el precio fijo -la ley sólo permite descuentos del 5%-, mientras que en Estados Unidos es libre.
Palaci advierte de que las inversiones para meterse en el mundo digital son «multimillonarias» y aún con un retorno muy pobre. En este entorno no ayudaría poner muy bajos los precios de los 'e-books' «porque esto mermaría la venta de los libros en papel sin obtener las ganancias proporcionales a cambio». «El mercado es pequeño y de crecimiento lento», añade.
El directivo de Planeta admite que en Estados Unidos una parte de los lectores que leían en el soporte tradicional se han pasado a la lectura electrónica en un viaje sin retorno. Pero recomienda tomar con cautela los datos que Amazon proporciona. «Amazon dice que ya vende lo mismo en digital que en libro tradicional, pero nunca ofrece pruebas. El día en que salió 'El símbolo perdido' de Dan Brown se vendieron un millón de ejemplares en papel y aproximadamente 100.000 en formato digital, y el primero suele tener una vida más larga que el segundo, que si hablamos de novedades baja nada más salir, más en casos como el de Brown».
Tanto creen en Amazon en el 'e-book' que ese título cuesta 13,75 dólares, y en la versión de tapa dura en papel, 12; eso sí, después del pertinente descuento, ya que el precio original era de 29,95, a los que siempre hay que sumar los gastos de envío.
El panorama es cambiante, con tendencias contradictorias, propio de épocas de transición que en este caso pueden durar una década o quince años, según los expertos. Así, mientras se mira con un ojo el futuro, el otro se dirige a la tierra, y en plena era digital los editores miman a los libreros de carne y hueso y les organizan comidas con sus mejores autores, porque de ellos depende en gran parte el éxito de un libro.
Las grandes cadenas ya se han sumado a la plataforma de Planeta/Random/Santillana, que ha creado una aplicación para que las librerías independientes puedan adaptar su oferta a sus páginas webs con una inversión muy baja.
Xènia Bussé, de leqtor.com, saluda la aparición del iPad, «porque se va hablando del tema y eso es bueno», aunque matiza que va más allá de un dispositivo de lectura porque incluye imagen y sonido, es decir, todo menos el teléfono del iPhone. En su haber, que dispone de muchas aplicaciones y eso gusta al usuario. En su contra, que tiene pantalla luminosa y resulta más pesado para leer que otros lectores con tinta electrónica.
En su opinión, la edición digital tiene un presente, pero sobre todo un futuro, por una cuestión generacional. «Hay aparatos en color para las ilustraciones de los cuentos infantiles que son una maravilla. Los niños se acostumbrarán a ellos desde el principio, y los chavales de 12 y 14 ya dicen que con el 'e-book' leen más rápido, porque están más acostumbrados a las pantallas que al papel . Además, uno puede llevar la trilogía de Larsson sin que apenas pese, en vez de cargar con los tres volúmenes».
Leqtor.com ultima la incorporación de 27 editoriales y sus libros digitales se venderán a través de las páginas online de El Corte Inglés, Casa del Libro y Fnac. De momento, Bussé no tiene miedo a la piratería al disponer de una «protección muy robusta, aunque si los 'hackers' son capaces de entrar en la Casa Blanca, también lo podrán hacer en otros sitios. Lo que hay ahora es de la calidad horrible y para leer en el ordenador». Como en otras épocas de cambio, lo que ahora toca, dice Bussé, «es aprender».